EL CORREO, 28 de Diciembre de 2010, pág. 72 (Cotraportada)
Resulta que un alcalde de un pueblo, que nadie conoce ni por sus fosas comunes, se ofende porque en un spot publicitario adjudican a las imágenes rodadas en su pueblo el nombre del pueblo vecino, a cuatro kilómetros de allí.
Vamos a ver, si han ido a rodar a tu pueblo, será porque se considera bonito (o interesante, o pintoresco, o yo que sé...). Ya está, con eso contento. Si eso hace que vengan más turistas (que lo dudo, pero hay por ahí gente tan rara...), OK. Que no viene nadie más, pues como hasta ahora, a charlar de las hemorroides reventonas de la abuela Raimunda y a terciar en la disputa por un metro cuadrado de erial que se reclaman los pelmazos de turno.
Es más, incluso los del pueblo cuyo nombre aparece por error, que no las imágenes, también se ofenden. Eso sí, estos no saben explicar por qué.
Como decía Tom Hanks en una de sus más lamentables películas, "Tonto es el que hace tonterías", y en este caso, "Tonto es el que las dice".
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